Opening @»EPISTAXIS» by Eric Bocanegra – 23 de marzo – 19h30

Espronceda presenta

EPISTAXIS

por Eric Bocanegra

Exposición de pinturas

Recepción de apertura el jueves 23 de marzo, 19h30

Exposición del 24 de marzo al 4 de abril de 2017

Eric Bocanegra es un artista de ascendencia sueca, crecido y formado en Barcelona. Y aunque su carrera se ha desarrollado fundamentalmente en esta ciudad también ha colaborado con galerías y centros de arte de otras ciudades europeas como Berlín, Estocolmo y Gotemburgo. Recientemente ha sido seleccionado para participar en la feria de arte contemporáneo Art Madrid.

Pintor de inestable y turbulenta trayectoria vital, Eric Bocanegra es autor de una obra oscura, con un particular sentido del humor, muy personal e inconfundible que, sin duda, constituye una de las más interesantes del panorama artístico actual.

La semilla de su proceso creativo reside en su incansable búsqueda introspectiva, en la extrema sensibilidad con la que vive cada experiencia y en una obsesión casi enfermiza por el lenguaje, lo inefable y lo irrepetible. Todo ello desemboca en un mundo fascinante de personajes solitarios y multiformes, fijados en la superficie pictórica una y otra vez, como un impacto lumínico sobre la retina. Un mundo que le permite construir, en la atmósfera hermética de su taller, un sentido que le resulta imprescindible para sobrevivir al absurdo de la realidad, de su realidad.

EPISTAXIS

Con respecto a esta exposición y a su nombre, Eric Bocanegra es coherente con su propio discurso  y prefiere no dar explicaciones: no quiere limitar las posibilidades expresivas de su obra ni condicionar la libertad emocional del espectador con palabras. La única pista que podemos dar es la que proporciona el diccionario:

Del lat. cient. epistaxis, y este del gr. ἐπίσταξις epístaxis; propiamente ‘goteo’.

1. f. Med. Hemorragia nasal.

La plena libertad creativa que le permite Espronceda y el extraordinario nivel expresivo alcanzado por el artista hacen de EPISTAXIS su exposición más relevante hasta el momento. El visitante que se acerque a Espronceda entre el 23 de marzo y el 4 de abril tendrá la oportunidad de adentrarse en las entrañas del imaginario de Bocanegra.

Texto critico:

La consciencia aislada

La práctica del acto comunicativo lleva consigo la adaptación a ciertos patrones lógicos propios del lenguaje escogido en cada caso. Podríamos incluso afirmar que el lenguaje tiene una tendencia a hablar por boca del sujeto y, de este modo, la capacidad comunicativa del emisor queda inconscientemente disuelta. El lenguaje habla y, en tanto que lo hace, enmudece al sujeto. Esta auscultación del medio comunicativo forma parte esencial del trabajo llevado a cabo por Eric Bocanegra. Un intenso diálogo de nuestro autor con su medio le permite el proceso introspectivo a través del cual él alcanza su espacio de expresión. Al mismo tiempo, se establece un paralelismo entre este ejercicio y la ubicación del sujeto en el entorno social. En su trabajo contemplamos la distancia de los personajes con el agresivo medio social comunicativo del que participamos en nuestros días.

La proyección de personajes sobre trazos simples y su juego sobre la pureza de los colores le permiten un acceso controlado a su expresión. Una expresión que aspira a comunicar a través de los fundamentos sensibles y la creación de símbolos propios. La cuidada selección de materiales de trabajo tiene como consecuencia un intenso resultado en forma de texturas y brillos, consustanciales al ambiente planteado en cada artefacto.

Mediante un ejercicio de introspección severa Eric Bocanegra identifica sus propios trazos con aquello que quiere ser mostrado, y en ello encontramos la clave de su éxito expresivo ya que apela a aquello no circunstancial de todo sujeto para generar la distancia del espectador con el mundo que le rodea. Mediante el retrato de personajes el espectador es llamado a la extrañeza, a lo insólito de la existencia, ese aislamiento dentro de la cultura que le lleva a conectar con las sutilezas de la consciencia y la conmoción.

Éste proceso no carece de violencia y cierta monstruosidad, la misma con que se enquista la consciencia en las paredes de lo perecedero.