Inauguración 22 de Febrero a las 19h30 (evento gratuito)
La exposición reúne las obras de Gigi Piana (artista visual, performer y cineasta) y los textos de Aurora Lo Bue y Elisa Grandi (ramodoro – antropología práctica para la sociedad), el resultado de una reflexión colaborativa sobre las fronteras y la identidad.
Las líneas y las fronteras se utilizan para representar nuestras identidades. Un tema que se ha vuelto cada vez más importante, convirtiéndose en una de las claves de interpretación más relevantes de la realidad actual. También en Cataluña y en España la pregunta “quiénes somos” está en el centro del debate político y social. Las obras de Gigi Piana nos recuerdan que la identidad no es un destino, sino un conjunto de decisiones: no sólo decidimos dónde dibujar las fronteras, sino también esta línea se puede mover y rediseñar.
De la reflexión conjunta de Gigi Piana y ramodoro nace frontera esta_tal?, que tiene como objetivo cuestionar la visión esencialista de la identidad y la inmovilidad de las fronteras.El enfoque crítico de la antropología cultural revela que la identidad no es una esencia inmutable, sino una convención social fruto de la relación entre los sujetos. Seguir al artista y a su obra es una oportunidad para reflexionar críticamente sobre el proceso creativo de producción de la identidad y las fronteras.
Hay muchos tipos de fronteras. Algunas son materiales, físicas, en otras ocasiones nos encontramos ante fronteras simbólicas, culturales, más fugaces e invisibles. Hablamos de muros y alambre de púas, migración, sufrimientos y esperanzas. También significa hablar de personas que los desafían y los atraviesan, a veces incluso arriesgando sus vidas.
El trabajo de Gigi Piana expresa de forma material la reflexión sobre el concepto de límite y frontera. Las formas y los materiales de frontera esta_tal? encarnan toda la ambigüedad del concepto de límites, la pregunta irresoluta y la realidad iridiscente de lo que a la vez separa y une, protege y predispone al intercambio.
Las formas esféricas traducen la tridimensionalidad, pero su circunferencia perfecta se divide en dos partes, el yo (o nosotros) y la alteridad. Las esferas tienen superficies reflectantes, recordando al visitante- actor que para tener una prueba de la propia existencia, uno debe salir de sí mismo y de su propio límite, verse en el cuerpo del otro, darse cuenta de que uno es una parte y, por lo tanto, responsable de los cambios de forma individual. Por último, las superficies transparentes recuerdan un movimiento de interpenetración. Incluso la bidimensionalidad de los planisferios no es inequívoco. En la obra de Gigi Piana, la técnica de la trama desmantela el aplanamiento y vuelve dinamismo. Aún la más clara línea divisoria es el resultado de convergencias e intersecciones de urdimbres y tramas, siempre listas para cruzar los límites de los marcos.
Serán iconografías del mundo cambiante, se abrirán a posibles cambios, las tramas y distorsiones se moverán para redefinir nuevos mundos, tal vez, de nuevas maneras.
La tela-alfombra que Piana creará junto con los participantes-visitantes será izada como un símbolo de la posibilidad de diálogo o enfrentamiento.